Después de perder el barco nos quedamos en Peulla, estamos haciendo el Cruce Andino en bicicleta. Si no leíste los artículos anteriores te sugerimos hacerlo para tener más referencias sobre este viaje por la Patagonia.
El sol de la mañana se empezaba a ir. Unas nubes de considerable tamaño hicieron acto de presencia en el horizonte. Parecía que iba a llover.

Apoyamos las bicicletas en las barandillas del puente que cruza el Arroyo Bruto.
A esa hora del día en Peulla no había nadie, el silencio era total, la quietud del entorno, infinita. Estábamos en el mejor momento y el mejor lugar.

Yolanda se quedó sentaba junto a las bicicletas y yo me puse a buscar la Oficina del Guardaparque. Había leído que justo al lado había una zona de acampada libre.
La oficina estaba cerrada y no tenía pinta de abrir. La zona de acampanada estaba disponible. No era más que un pequeño espacio con césped bien acondicionado para montar una tienda. No había ningún otro tipo de servicio.
Disponíamos de todo lo necesario para acampar y cenar en condiciones. Tienda, sillas plegables, hornillo MSR, etc. Pero aunque todavía quedaba algo de sol las nubes se hacían cada vez más grandes. ¿Que podíamos hacer?
Los hoteles de Peulla

Teníamos dos opciones, montar la tienda de campaña o alojarnos en uno de los dos hoteles del pueblo, el Hotel Peulla o el Hotel Natura Patagonia.
Hotel Natura Patagonia
Este hotel es ideal para alojar familias, cuenta con habitaciones, terraza, restaurante, bar, salón y un jardín. la recepción está abierta las 24 horas.
Hotel Peulla
Este hotel para familia y parejas es muy bonito y confortable, el desayuno es gratuito y hay conexión a Internet. Las vistas son espectaculares, desde su restaurante podrás disfrutar de la cordillera, el río negro y las mejores vistas de Peulla. Está ubicado en un entorno natural único.
La posibilidad de hacer camping no nos convencía. Decidimos pasar la noche en uno de los hoteles, la disponibilidad estaba asegurada, en Peulla esa tarde no había nadie.
Sentados en el puente sobre el Arroyo Bruto nos disponíamos a incorporarnos para acercarnos a los hoteles. Pero algo ocurrió, por delante nuestro apareció el conductor del bus de Cruce Andino que durante la mañana recogió a los turistas en Puerto Frías para dejarlos después en Puerto Peulla. Le preguntamos sobre los hoteles y nos dijo que ambos estaban muy bien. Pero antes de seguir camino nos comentó que podíamos dormir en la casa de una señora que ofrecía habitaciones y comida.
Nos pareció una idea interesante, estábamos a unos 30 metros de la casa y decidimos ir a conocerla y preguntar.

Subimos hasta la casa andando por el camino del Arroyo Bruto. Cuando llegamos tocamos la puerta y escuchamos una voz que nos decía “¡Aquí estoy!”. Bordeando la casa dimos con la puerta de un trastero o galón y nos encontramos a una mujer sentada en el suelo hilando lana de oveja a mano. La imagen nos impactó para bien.
Yolanda hizo las preguntas acostumbradas. El precio de la habitación con cena, desayuno y almuerzo incluidos era inmejorable. Decidimos quedarnos. La casa era humilde pero muy acogedora. La habitación en la planta alta tenía varias camas con literas, pero sólo la ocupábamos nosotros dos. Todo estaba limpio con extrema pulcritud. Nos instalamos y nos duchamos.
Era temprano y antes de dar una paseo por Peulla nos sentamos frente a la casa. Yolanda quería tomar apuntes en su cuaderno de viaje y yo tenía que cambiar la cubierta rota de su bicicleta.

Paseando por Peulla
Con los apuntes hechos y la nueva rueda montada salimos a caminar, todavía quedaban unas pocas horas de luz.
Visitamos el Velo de la Novia, la cascada detrás de las casas que unos metros más abajo se convierte en el Arroyo Bruto.
Fuimos andando hasta Puerto Peulla, el lugar donde al día siguiente tomaríamos el barco para navegar por el Lago Todos Los Santos y llegar a Petrohué, y de esa forma terminar nuestro el Cruce Andino.

Antes de volver a la casa nos sentamos en un mirador. Las vistas eran espectaculares. Al este teníamos el Lago Todos Los Santos y al este los ríos Negro y Peulla. Nos quedamos allí una hora.
Llegando a la casa se puso a llover. Cenamos en el salón, la comida y el pan casero inmejorables. Nos fuimos a dormir, pasamos una noche perfecta.

Por la mañana despertamos y bajamos a desayunar. El barco hacia Petrohué saldría después de comer, teníamos muchas horas por delante. El cielo estaba despejado, no hicimos mucho, dimos otro paseo, leímos y descansamos.
Al mediodía volvimos a la casa para almorzar. Al entrar nos sorprendimos, en la mesa del salón estaban el conductor del bus y algunos tripulantes del la empresa Cruce Andino. Con ellos comimos y charlamos durante un buen rato.
Se acercaba la hora de dejar Peulla.

El Cruce Andino continúa
Montamos las alforjas en las bicicletas. Nos preparamos, saludamos la señora de la casa y agradecimos su especial atención. Y dejamos la casa frente al Arroyo Bruto pedaleando hacia Puerto Peulla.
El barco nos estaba esperando en el muelle. Estábamos a punto de cruzar el Lago Todos Los Santos para seguir y terminar el Cruce Andino en bicicleta plegable. En el próximo artículo hablaremos de ello.
Como siempre, si tienes alguna duda sobre lo comentando o deseas hacer alguna pregunta sobre este viaje por deja un comentario o ponte en contacto.
Muchas gracias.


Estimado: cual es el precio que les cobró la señora por pasar la noche en su casa. Está permitido acampar en Peulla? Por último, uno puede comprar pasaje en la barcaza para ir un día y regresar otro, saludos!
Hola. Podrías dar el nombre de la Sra de la casa? Vamos en enero y queremos tener un poco adelantado el tema de hospedaje. Saludos.
HOla, yo estoy buscando lo mismo! Tenemos el nombre de la Señora?? 🙂