Despertamos en Puerto Octay después de una noche de tormenta. A pesar de los truenos dormimos de forma cómoda y agradable.
La noche anterior justo antes de cenar le pedimos al casero que nos trace una ruta tranquila y con poco tráfico para hacer hacer la etapa siguiente. Queríamos pedalear desde Puerto Octay a Entre Lagos.

Nos pusimos la ropa de invierno que utilizamos en las dos últimas jornadas. Las temperaturas de la X Región de Los Lagos seguían siendo muy bajas. Nuestra idea era pedalear todo el día sin importar el mal tiempo.
Salimos de la habitación y nos dimos cuenta lo mucho que llovía. Mientras tomábamos el desayuno en el salón de la casa hablamos con el casero. Nos sugirió ir a la estación de autobuses de Puerto Octay y preguntar si había algún servicio hacia Entre Lagos. La idea nos pareció interesante.
Subimos a la habitación para cambiarnos las botas de ciclismo por un calzado más cómodo. Pagamos, saludamos y agradecimos el servicio y la buena atención.

Terminal de Autobuses
Bajo la lluvia, con las alforjas montadas en las bicicletas caminamos unas pocas calles hasta la estación de autobuses, la terminal de autobuses, como le llaman en Chile.
Preguntamos en la ventanilla por el servicio hacia Entre Lagos. La chica al otro lado del cristal nos dijo: «El autobús que tienen delante parte a Entre Lagos en 5 minutos».
No lo pensamos dos veces, pagamos dos billetes y nos preparamos. Desmontamos las alforjas, plegamos las bicicletas y las protegimos con las bolsas CarryOn Cover de la marca Tern.
Beneficios de viajar con bicicletas plegables
Nos adaptamos una vez más a las circunstancias del viaje.
Evidentemente teníamos muchas ganas de pedalear por esos caminos. Pero al mismo tiempo sabíamos que íbamos a disfrutar el viaje en bus sin frío y completamente secos.

Cuando haces un viaje con alforjas en bicicletas plegables tienes la posibilidad de «cambiar» rápidamente. Sólo tuvimos que plegar las bicicletas y meterlas en las fundas de viaje. No pagamos ningún extra por ellas. Una bicicleta Tern plegada ocupa mucho menos espacio que una maleta convencional.
Buscamos nuestros asientos después de dejar las bicicletas y las alforjas en la bodega del autobús. En ese momento nos abrazó una sensación de tranquilidad. El objetivo del día que era llegar a Entre Lagos se iba a cumplir.
Unos pocos minutos después el autobús salía de Puerto Octay por la misma carretera por la que habíamos llegado el día anterior.
No dejaba de llover.
Hacia el Lago Puyehue
Nos movíamos de sur a norte, queríamos llegar a Entre Lagos, un pequeño pueblo de la provincia de Osorno, en la orilla oeste del Lago Puyehue.
Durante el viaje apenas hablamos. Aunque siempre viajamos juntos siempre buscamos experimentar el viaje de manera personal. Estuvimos en silencio muchas horas. Disfrutando del entorno y admirando los paisajes verdes y tranquilos de esa zona de Chile.
En la segunda mitad del recorrido el conductor nos dijo que estábamos cerca del Lago Rupanco. Nos preguntó si queríamos parar unos minutos para verlo. A casi todos los pasajeros nos pareció una idea interesante.
Había dejamos de llover. Todavía había nubes en el cielo y a lo lejos le sol se asomaba con disimulo.
Paramos en el Mirador Desagüe Puyehue, en la orilla oeste del Lago Rupanco. Las vistas nos impresionaron, el lago se extendía hacia adelante. A nuestra derecha pudimos ver el Volcán Osorno. Y justo delante, detrás del lago, el Volcán Puntiagudo. Los dos volcanes que vimos unos días antes desde el Lago Todos Los Santos, mientras hacíamos el Cruce Andino.
Entre Lagos
Cuando subimos al autobús para continuar con el viaje había menos nubes en el cielo. El clima estaba cambiando mucho.
Al mediodía entramos en Entre Lagos. Paramos frente a una plaza, en la pequeña estación de autobuses. Seguíamos dentro de la X Región de Los Lagos pero casi tocábamos la XIV Región de Los Ríos.
Desplegamos las bicicletas y montamos las alforjas bajo la atenta mirada de la gente del pueblo. Las bicis plegables de viaje siempre llaman la atención.
Nos montamos en ellas y comenzamos a pedalear por las calles de Entre Lagos hasta la casa donde teníamos hecha una reserva vía Booking.

Llegamos y nos presentamos. La dueña de la casa nos mostró la habitación y nos dijo que que nos esperaba en el salón con el almuerzo preparado. Bajamos a comer y nos duchamos después de almorzar.
Seguía haciendo frío pero la tarde estaba soleada. Salimos de la casa para dar un paseo por Entre Lagos. Compramos dulces y café en una pequeña panadería y merendamos sentados en la Costanera entrelaguina mirando en silencio el Lago Puyehue. Reinaba el silencio.
La etapa que hicimos hacia el Lago Puyehue ha sido otra. No era la que habíamos imaginado.
Los viajes en bicicleta te enseñan entre otras cosas que algunas veces debemos aceptar y adaptarnos. Que se puede disfrutar de muchas maneras y en distintas situaciones. Y que lo planificado casi siempre supera las expectativas. Viajar en bicicleta es la vida misma.
Volvimos a la casa para cenar y nos fuimos a dormir temprano.

El pronóstico prometía una jornada siguiente con buen tiempo y un pedaleo agradable por el Lago Puyehue de camino a Anticura.
Pasamos una noche muy tranquila.
En un próximo artículo hablaremos de la siguiente etapa de este viaje en bicicleta plegable por la Patagonia.
Si tienes alguna pregunta sobre esta ruta por favor deja un comentario o ponte en contacto.
Muchas gracias.
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